Dar a luz ... Parte 1

16 marzo 2015

¡Hola Hola!

Esta entrada se la dedico a mi momento cumbre que fue el de dar a luz. Como es un poco largo os lo iré contando parte por parte.

Esto es una de las cosas que me ha marcado bastante hasta tal punto de llegar a pensar que si en un futuro le quiero dar un hermanito/a a mi chica, creo que será adoptado o en el peor de los casos será hija única.
Muchos me dicen que esta vivencia la recordaré y la contaré sin poner cara mustia o de dolor, pero bajo mi punto de vista a día de hoy para mí que no se me va a olvidar jamás.
Comparto con vosotros mi parto y mi post-parto que también tuvo lo suyo y os pido que hasta que no leáis mis posts de principio a fin, no pongáis caras raras, por supuesto se aceptan comentarios y opiniones, pero para mí no es una exageración si os digo desde ya que me trataron como si fuese un animal que iba a dar a luz un potro o algo parecido en vez de a un ser humano.

Le pedí consejo a una buena amiga bloguera puesto que ella ya lo sabe todo por que fue a una de las primeras a las que se lo conté y me dijo que, o bien lo ponía todo de tal forma que me saltase las partes sufridas o bien que lo contase todo con pelos y señales, pero yo me decanto mejor por la segunda, puesto que lo tomo como una forma de desahogo personal y así a lo mejor me voy quitando mis miedos.

Para poneros en situación, me encontraba en mi semana 39 de embarazo y ese mismo viernes 11 de abril, salía de cuentas. Yo estaba super ansiosa y a la vez muy nerviosa puesto que no había síntomas por ningún lado, hasta aquel domingo 6 de abril.

Me levante con la ropa interior un poco mojada y a esto que aviso a mi madre y se lo comento y ella queriéndome llevar ya al hospital, le dije que se esperase puesto que haber si había sido una falsa alarma e íbamos a ir para nada. Llamé a una de mis tías que fue matrona y se lo dije a lo que ella me respondió, “¿pero se te escapa o puedes aguantarlo?” a lo que respondí a lo segundo y además que no notaba ni contracciones de ningún tipo. Así que nada, tranquilizándome del todo y más a mi madre, me fui a comer por ahí como lo tenía planeado y no volví hasta la noche, puntuando así que a lo largo del día no volví a manchar.

Al día siguiente, el lunes por la mañana volví otra vez a manchar pero esta vez era un poco más, se lo volví a comentar a mi tía que esta vez fue ella quien me quería llevar al hospital pero preferí esperar a que mi madre saliese del trabajo puesto que ella se queda más tranquila si es así (ya sabéis como son las madres jeje). Así que una vez más, con solo ese síntoma y ninguno más asomándose, comí tranquila, me eche mi buena siesta y a eso de las 6 de la tarde ya estábamos en la sala de espera del hospital.

Me atendieron de primera dos matronas, una que me tomaba la tensión, que la tenía bien por lo visto, y la otra me iba preguntando el porque de mi visita mientras le entregaba mis análisis continuos y mi cartilla maternal. Se quedo un poco flipada porque vio en uno de ellos que la hemoglobina la tenía a 9 y que no me habían echo un seguimiento en la semana 36, cosa que era muy importante ya que formaba un protocolo, en fin.

Una tercera matrona que salió de una salita continua a la nuestra me exploró.
-Me hizo tumbarme en un potro mientras con una mano me la metía hasta el fondo y con la otra aplastaba mi barriga hacia abajo diciendo cosa así como ” a punta de dedo ” y yo sin entender ni papa, me agarraba con fuerza a las barandas por que aquello dolía muchísimo por más que me intentaba relajar…
-Acto seguido, me hizo la prueba de la tira amarilla que no viró, osea que no cambió de color y me dijo que no era rotura de bolsa pero que de todas maneras harían el protocolo conmigo al igual que las demás.

Lo siguiente que me dijo fue que me fuese a comer algo dulce y que volviese en un par de minutos para ponerme en monitores. Lo dulce era para que el bebé se activase y así podrían ver mejor su latido.
Total que así hice y me fui a una cafetería con mi madre y ahí si que me puse pua jajaja
Cuando volví entre directamente sola a la sala, colocándome los cachibaches en la panza y menos mal que bajaron el sonido porque aquello sí que me ponía nerviosa.

En el monitor se apreciaban dos números que subían y bajaban de diferente color, el rojo eran mis contracciones que lo máximo llegaba a 20 y el verde, era el latido del bebé, bueno pues una hora de reloj estuve y una vez terminado me pasaron a consulta con el médico, en este caso, mujer.
Me volvieron a explorar pero esta vez con citología incluida que volvió a doler muchísimo, de nuevo otra vez con la mano metida que dolía otro montón y por último la prueba de la tira que tampoco viró esa vez.

Al terminar me dijo que no me extrañase si veía un poco de sangre en mi ropa interior que de las exploraciones pues era un tanto normal y he de decir que tampoco me alarmé por que fue como una pequeña heridita que al llegar a casa ya no manchaba más.

Así que como os cuento, visto lo visto, no era rotura de bolsa y me comentaron que tenía que pedir cita por si ese viernes al cumplir no me ponía de parto por mi misma, me lo tenían que inducir a los 4 días, así que antes de irme a casa, la pedí al salir del hospital y me la dieron para  semana santa.

El martes lo pase un poco regular, estaba inquieta, algo pesarosa así que no salí ni nada y me quede en casa haciendo ejercicios de relajación con mi música preparada de Pablo Alborán pero os debo decir que ni siquiera el me sirvió en aquellos momentos que se avecinaban sufridores…

El miércoles me levante super asustada puesto que la almohada que me solía poner entre las piernas estaba super empapada y yo no había notado nada así que espere un poco pero viendo que ya si se me escapaba llamé a mi madre, que otra vez le entraron los nervios y una cosa llevo a la otra y para tranquilizarla le dije que no notaba contracciones ni ningún síntoma, así que volvimos a esperar a la tarde para ir de nuevo al hospital. Yo me sentía un poco vergonzosa puesto que como ya habíamos ido el lunes por el mismo tema y nos habían echado para atrás, pensaba que no me echarían cuenta, por suerte no fue así y me volvieron a atender…

 Llegamos a eso de las 5 y media y hasta una hora cosa así no me atendieron, ya que había aquella tarde demasiada gente.

Me volvió a tocar otra vez las mismas matronas que me hicieron lo mismo y sorprendentemente, en la prueba de la tira, no cambió de color y yo ya me estaba desesperando, así que otra vez me pusieron en monitores y a partir de ahí es cuando la cosa se empezó a volver del revés…

 El numerito de mis contracciones esta vez subían a 50, me dolían pero era como un dolor de regla a lo flojo que iba y venía muy de vez en cuando y el numerito del latido de mi bebé en un momento determinada empezó a descender, cosa que me asustó y asustó a las matronas que inmediatamente me dieron un zumo y se vio que con eso activó a mi bebé y ya la cosa se normalizó. Bueno pues una hora en esa sala, que menos mal que me dejaron entrar con el móvil porque así le iba contando todo a mi madre que se quedó fuera por whatssap.

 A eso de las 7 y media me pasaron a consulta con la mujer médico, que le pidió a una matrona que me hiciesen otra exploración y cuando llegó la prueba de la tira… ¡cambió de color!
La hicieron dos veces la prueba para que no haya confusiones alguna y como vieron que la segunda también viró, me hicieron una ecografía viendo así que estaba perdiendo mucho líquido, así que cuando me vestí y me vio la mujer médico, no dudo en llamar a otra matrona para que me diese el camisón puesto que ya me quedaría ingresada.

Mi madre y yo estábamos locas de contenta puesto que mi bebé estaría con nosotras en menos de que canta un gallo, pero ilusa de mí, ni siquiera podía imaginarme lo que me esperaba en unas pocas horas puesto que mi parto sería inducido….

(Os sigo contando en otro post la continuación, gracias por leerme)



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